domingo, 25 de mayo de 2014

UNA MAÑANA EN BICI CON HISTÓRIAS LIAGADAS A LA TIERRA

Esta mañana alrededor de 30 personas hemos paseado en bici por la huerta de Juslibol, Alfocea y Monzalbarba. Durante el paseo, agricultores y vecinos de estos tres barrios rurales de Zaragoza nos han explicado la historia de este paisaje agrícola que se remonta a antes de los romanos, como lo atestigua el Bronce de Botorrita. Los suelos aluviales fértiles, fruto del aporte de sedimentos del río Ebro en sus inundaciones y la existencia de agua a través de la red de acequias hizo posible que en este territorio durante muchos años la agricultura fuera la principal actividad económica y social de estos barrios.  La acequia del Rabal procedente del Gállego riega esta zona de huerta. 


Según Santiago Julián, agricultor de toda la vida de Juslibol, en los mejores tiempos el 90% de la población vivía de la agricultura y en una época  el principal cultivo fue la remolacha azucarera, donde todo se hacía a mano, desde plantarla, cosecharla y por último se “escoronaba” (trabajo realizado fundamentalmente por las mujere ) antes de llevarla a tres fábricas azucareras que existían en Zaragoza. En la actualidad la mayoría de las tierras están arrendadas para el cultivo de alfalfa y sólo queda un hortelano en Juslibol.

Para este agricultor de Juslibol, que sufrió una depresión cuando la expropiación del ACTUR,  los consumidores tenemos que apostar por el producto de la tierra de Zaragoza, como un acto de solidaridad con la gente que trabaja en el campo ya que al final los principales beneficiados seremos nosotros, por la gran calidad del producto de la huerta.
 


En Alfocea, desde el mirador, hemos podido observar el paisaje agrícola teñido en su gran mayoría de verde alfalfa. Allí hemos hablado con Jose Angel, vecino de toda la vida de Alfocea y que nos ha contado como aquí los Faci regentaban todas las tierras. En sus mejores tiempos, daban trabajo de forma puntual a 60 personas pero sin embargo hoy en día apenas se ven agricultores por los campos, ya que ya no se cultivan hortalizas más que en pequeños huertos de autoconsumo y el resto es cereal o alfalfa y con un día o dos de trabajo con maquinaría es suficiente. A José Ángel lo que más "rabia" le da es que se pierda todo el saber popular que a lo largo de los años han acumulado los hortelanos de cada lugar y que han dado lugar a las semillas y cultivos adaptadas al "terreno". Por eso se ha propuesto recuperar parte de este conocimiento, a partir de la experimentación con diferentes semillas de amigos y familiares y sobre todo formas de cultivar propias del lugar que aún su padre le puede transmitir. 

Por último nos hemos dirigido a Monzalbarba donde Ángel Tomas, vecino del barrio y miembro de APUDEPA, nos ha enseñado y explicado la Torre Colorada, patrimonio arquitectónico propio de los latifundios de la huerta de la zona. Hecha con ladrillo rojo a diferencia de otras torres hechas de adobe, para protegerse de la humedad y las riadas. La Torre es un claro ejemplo de la riqueza patrimonial e histórica de la huerta zaragozana que asociaciones como APUDEPA estudian y revindican su conservación.


A la vuelta a Zaragoza hemos podido observar parte de la acequia más antigua de la zona, la acequia de la Almozara, que ha regado la margen derecha del Ebro durante cientos de años y esperemos que pueda volver a regar nuevos campos reconvertidos en cultivo de hortalizas que consumamos en la ciudad.

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